La bañera es el objeto del deseo para los que quieren hacer del cuarto de baño un auténtico reino del bienestar. Su presencia convierte el espacio doméstico en un pequeño SPA particular, donde las bañeras con hidromasaje son el punto culminante del relax personal.
En el momento mismo en que se decide comprar una, se da uno cuenta de lo difícil que puede ser elegir el modelo ideal en un mundo con infinitas posibilidades en cuanto a dimensiones, estilos y materiales.
Debido a su antiguo origen, la bañera es uno de los objetos que ha acompañado la historia de la humanidad y se ha adaptado a los usos y costumbres de todas las épocas, llegando a nuestros días con una serie de variantes que sin duda pueden satisfacer cualquier gusto y necesidad.
Hoy en día, el aspecto estético y el diseño no bastan a la hora de elegir el modelo de bañera que vamos a comprar, sino que también es importante valorar sus características técnicas, el material y el contexto en el que se va a instalar.
Últimamente el cuarto de baño ha sufrido grandes cambios, y de ser un espacio funcional ha pasado a ser el centro de la casa, donde experimentar con colores y detalles de diseño originales.
Gracias al creciente interés y a la experimentación, todos los elementos de este espacio pueden reflejar el gusto de quien lo habita.
En este sentido, el papel de las bañeras es imperecedero, ya que son indispensables para los que desean que el baño sea un momento de relax y bienestar absoluto.
Siempre han sido las protagonistas del mobiliario, y pueden incluso convertirse en el centro de todo el espacio, como en el caso de las bañeras exentas, auténticas esculturas que pueden admirarse a 360 grados.
En cambio, para los más atrevidos a la hora de elegir los colores y acabados de los pavimentos y revestimientos haciendo que la bañera sea una pieza más del entorno, las bañeras encastrables son perfectas para darle un efecto de total armonía al espacio.
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir la bañera es el espacio disponible, una característica importante, aunque como veremos a continuación, no supone una limitación a la hora de elegir una bañera de diseño.
Medir el espacio a disposición, colocando los sanitarios y teniendo en cuenta la conformación de la habitación, nos ayudará a elegir las dimensiones y proporciones adecuadas que vamos a integrar. La bañera es el sanitario que ocupa más espacio dentro del baño, y por tanto hay que prestar gran atención al organizar el espacio.
Es importante saber que las bañeras rectangulares más corrientes miden entre 140 y 170 cm de largo, 70 cm de ancho y 55 cm de alto, unas medidas adecuadas para garantizar un acceso cómodo y la posibilidad de disfrutar de un confort ideal durante el baño.
Como es natural, no todos los cuartos de baño son adecuados para instalar bañeras de tamaño estándar: si el espacio es limitado, habrá que valorar otras formas y proporciones, igual que si se dispone de grandes espacios desde luego deberá tomarse en consideración la elección de bañeras de dos plazas, también conocidas como bañeras oversize.
En caso de cuartos de baño pequeños, las minibañeras son la solución ideal para quienes no quieran renunciar a la comodidad de este complemento de diseño solo por el hecho de disponer de poco espacio.
Las bañeras pequeñas no suponen ningún sacrificio en cuanto a funcionalidad y comodidad, y pese a ser una solución que ahorra espacio, transmiten aun más la sensación de extremada intimidad que caracteriza el momento del baño.
En cambio, en el caso de un cuarto de baño más grande se puede pensar en comprar una bañera exenta para colocarla en el centro de la habitación.
Esta última suele disponer de hidromasaje, y es la elección adecuada para quienes desean permitirse un pequeño lujo compartido en su propia casa.
Para espacios de dimensiones insólitas, no hay que olvidar la posibilidad de optar por bañeras a medida, que permiten superar cualquier limitación en cuanto a dimensiones y formas para lograr un resultado final totalmente personalizado.
Gracias al empleo de materiales modernos y a la simplificación de las técnicas de instalación, hoy en día existen modelos de bañeras de diseño versátil, adecuados a cualquier espacio.
Entre otros materiales empleados en el diseño de bañeras modernas, el acero esmaltado se considera ideal para la fabricación de este producto de diseño, gracias a su considerable capacidad térmica.
Actualmente, la protagonista absoluta en la industria de los sanitarios de última generación es la piedra acrílica. A base de polvos de piedra (principalmente cuarzo) y resinas acrílicas, combina unas considerables capacidades de resistencia con una estética sobria y depurada. Las bañeras de diseño de Corian®, por ejemplo, son resistentes e higiénicas, gracias a su superficie lisa y no porosa.
La importancia del material debe ir acompañada por un análisis cuidadoso de los accesorios con que debe equiparse nuestra bañera para satisfacer las necesidades funcionales y estéticas de nuestro cuarto de baño.
Hay un montón de posibilidades que responden a las necesidades tanto de quienes buscan un relax total como de aquellos a quienes solo les preocupa la funcionalidad. Para los primeros, además de las bañeras de hidromasaje, en algunos casos equipadas también con cromoterapia, lo ideal sería consultar las bañeras con asiento.
En cambio, quien está indeciso entre bañera o ducha tiene la oportunidad de conjugar el confort total de la primera con la funcionalidad de la segunda, valorando la posibilidad de instalar bañeras con ducha, la solución ideal para no renunciar a ningún confort en el cuarto de baño.
La bañera tiene un origen muy antiguo y la forma de usarla ha ido cambiando continuamente a lo largo de los siglos.
La primera bañera de la que se tiene noticia se remonta a la antigua Grecia. En particular, se halló una en las ruinas del Palacio de Cnosos, conocido como el complejo arquitectónico más importante de aquella época. La presencia de una bañera en un complejo como este no demuestra la existencia de un rincón destinado al relax, sino que es más probable que tenga que ver con algunos ejercicios relacionados con las actividades deportivas de la antigua Grecia.
Su modo de empleo sufre un cambio en la Roma imperial, donde se convierte en símbolo de relax y bienestar personal en un momento y en un ambiente informales. En la época romana surgen los primeros SPA, entendidos como lugares en que sumergirse en la bañera formaba parte de toda una serie de rituales relacionados con el elemento del agua.
Griegos y romanos fabricaban bañeras de metal, e incluso cuando tras la revolución industrial se empezaron a incorporar a los cuartos de baño de las casas, el material siguió siendo el mismo.
Después de la revolución industrial se empezó a destinar un cuarto entero de la casa a la bañera, que se convirtió en un auténtico elemento decorativo del baño.
El espacio disponible y la posibilidad de colocarlas en el centro de la habitación condujeron a la introducción de las bañeras con patas, una moda que vuelve a estar en voga entre los amantes de las bañeras de estilo clásico.
Con el empleo y el desarrollo de nuevos materiales se comienzan a producir bañeras de cerámica y porcelana, pero hasta el siglo pasado no se empezaron a utilizar materiales duraderos con considerables características físicas, de ahí la creciente difusión de las bañeras acrílicas como el Solid Surface, el Corian® y el Cristalplant®.